miércoles, 1 de septiembre de 2010

Pescuecitos de pollo


Me gustan mucho los pescuecitos de pollo dorados. Normalmente los devoro con salsa, aunque ahora me ha dado por agregarles también pimienta. Noto que últimamente me gusta mucho la pimienta, claro que acompañada de la sal. Ahora entiendo porque se habla de la sal y pimienta, pues uno es el complemento del otro como lo son la escoba y el trapeador o el tenedor y el cuchillo.

Cada vez que como pescuecitos de pollo dorados me remontó a mi infancia, aquella niñez tan pobre que viví y en la que lo más semejante a la carne eran precisamente los pescuecitos de pollo que mis primos y yo mordisqueábamos con gran apetito a tal grado de que hasta pedazos del hueso nos comíamos. Éramos pobres y si nos tocaban siete pescuecitos eran muchos, y por eso teníamos que sacarle toda la carnosidad al hueso, a tal grado que no dejábamos nada ni para el perro.

En aquel entonces vivía con mi madre y mi hermano mayor, en una casa de la colonia Victoria que compartíamos con una de mis tías y mis tres primas más otro primo. Todos hacinados en una vivienda de dos cuartos y una cocina con piso de tierra.

Los pescuecitos, al igual que toda la comida, la cocinábamos en una vieja parrilla de dos quemadores que funcionaba a base de petróleo. En aquel entonces se vendía el petróleo en las tiendas de las esquinas y tenía que llevar uno sus garrafas para que se las llenaran a razón de un peso el litro.

Mi tía, quien era la encargada de hacer las compras, aparte de cuidarnos, pues mi madre era la que arrimaba el dinero a la casa, trabajando desde muy temprana hora hasta altas horas de la noche, por lo que comunmente yo despertaba y ya no la encontraba y me dormía sin que hubiese llegado, y para la mañana siguiente volvía a pasar lo mismo a tal grado que llegue a estar hasta tres días sin verla, compraba un kilo de pescuezos de pollo, pues era lo más barato del ave.

Y lo comíamos una vez a la semana, acompañada de un galón de agua de la llave que se ponía en medio de la mesa y se servía en viejos vasos descoloridos de tanto uso.
Por eso cada vez que como pescuecitos de pollo me acuerdo mucho de mi infancia. Aquella infancia que aunque pobre, la viví feliz.

Y hoy en estos tiempos en que las tiendas de las esquinas ya no venden petróleo, y de hechos muchas han sido suplantadas por las de la cadena Oxxo; en tiempos en que mi tía y mis primos viven en San Antonio, Texas, con un mejor modo de vida, lo que de verdad me da mucho gusto; en tiempos en que ya todo se cocina en hornos microondas y de las parrillas de dos quemadores solo ha quedado el recuerdo; en tiempos en que gracias a Dios mi madre sigue viviendo y la veo casi a diario, y sobre todo en tiempos en que nuevamente gracias al Todopoderoso los tiempos de pobreza han quedado atrás gracias al esfuerzo diario del trabajo que me permite cuando menos darle a mis hijos carne una vez al día y toman refrescos de cola, que tanto daño hacen, y del agua de la llave no quieren saber nada dizque porque les provoca náuseas, yo sigo comiendo mis pescuecitos de pollo.
Los como porque me gustan, pero reitero que también los como porque me gusta revivir mi infancia y acordarme de lo pobre que fui, y así evitar caer en la presunción de lo que he en mi vida he logrado, y que no fuera posible si Dios no me hubiera ayudado.
Todos tenemos derecho a superarnos en la vida, a ser mejores, a tener lo que siempre quisimos, y sobre todo a darles a nuestros hijos lo que nosotros anhelábamos y no tuvimos.

Pero nunca debemos jactarnos ni regodearnos de nuestros logros, porque caemos en la arrogancia. Siempre es bueno recordar de donde viene uno, porque nuestro pasado mucha gente lo conoce, y es mejor que digan “mira como fulanito pudo salir adelante en la vida”, que decir “yo he logrado todo porque la supe hacer”.

Esto lo comento por aquellas personas que presumen lo obtenido en la vida, sin siquiera agradecer a Dios el que los haya ayudado a superarse.

Hay quienes hoy en día comen carne en lujosos restaurantes y se olvidan que de niños comían pescuecitos de pollo, porque no había más que comer.

Y cuando van al supermercado y los ven en los congeladores hasta les hacen el fuchi y manifiestan sentir un asco por tales menudencias, sin saber que más asco dan ellos al no querer reconocer de donde vienen.

miércoles, 9 de junio de 2010

La Magia del Indio





No es nada fácil hacer un resumen del pensamiento mágico de este maravilloso pueblo, que supo y fue capaz de vivir en perfecta armonía con la Tierra y el Cielo, respetando los ecosistemas en constante comunicación con lo invisible. Pero es tanta la pasión y la admiración que despiertan en mí, que lo intentaré en homenaje a ellos, mis Valientes Hermanos de las Praderas.

Escuchemos algunas de sus enseñanzas, sencillas, profundas, inmensamente humanas y mágicas a la vez. Para ellos todo en la Naturaleza no eran más que las “sagradas extensiones vivientes del Gran Misterio”, conformando la Familia Planetaria. Consideran que todo tiene Vida. Y a cada parte de la Creación como un maestro potencial que dicta lo que debemos aprender sobre nosotros mismos. La Abuela Luna (Nisa) era su guía, desaparecía y volvía, mostrándose llena 13 veces al año. El caparazón de la tortuga lleva las 13 lunas englobadas en un círculo que denominan el Aro Sagrado o la Rueda de la Medicina. Este círculo representa las relaciones sagradas entre todas las fuerzas de la Vida y el camino de la Madre Tierra alrededor del Abuelo Sol. Los círculos u órbitas de los planetas que confieren Unidad y Armonía a la Vida.

La generosidad es la clave para trabajar por el bien de los seres vivos. Compartir nuestros dones y los beneficios que recibimos es el modo más natural para ampliar entre todos los límites actuales del potencial humano. Entregando nuestras cualidades y entregándonos a nosotros mismos a los demás, como hace todo en la Naturaleza. Recorriendo los caminos de la Belleza y la Armonía de los Antepasados, constataremos que mágicamente esto nos procura curación en cualquier circunstancia, lo que requiere respeto y compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás. Honrando los vínculos que existen en la Familia Planetaria, reforzamos el enlace entre lo visible y lo invisible, haciendo posible la comprensión del misterio y la alegría en los corazones.

Los niños aprendían de los Ancianos todas las lecciones necesarias para desenvolver sus mejores cualidades o dones, tomando como Maestra constantemente a la Naturaleza. La observación y el estado de alerta eran imprescindibles para saber y comprender en todo momento lo que ocurría dentro y fuera de ellos mismos. Adquirían, por este medio, el valor de aceptar la verdad de una situación y a no negar las cosas como eran. Destruyendo la negación, mediante la aceptación y el compromiso, miraban hacia el futuro con confianza y convicción. Era fundamental, honrarse a uno mismo, nuestros papeles, nuestras capacidades, nuestros talentos, pues son cosas sagradas para compartir con los demás.

El respeto de los demás se ganaba hablando honestamente, actuando en momentos de crisis, contribuyendo con generosidad, empleando la sabiduría en la toma de decisiones y siendo fiel a la familia y a los amigos, siendo dignos de confianza toda la vida. Una mala conducta, la pereza, la falta de respeto hacia los Ancianos o las críticas a los demás descalificaban a la persona para el mando. En resumen la manera como vivían la vida, era el modo con el que se ganaban el derecho a ser dignos de confianza

Entender a los seres humanos sólo es posible cuando se ha llevado la carga de otras personas, cuando se han escuchado sus palabras, cuando se ha sentido su dolor, se ha observado sus acciones y se ha recorrido su camino, compartiendo sus mayores anhelos y aspiraciones, compartiendo sueños y pesadillas. Sólo así podremos ver más allá del exterior y entender nuestra común humanidad. Descubriendo en su interior la llama eterna del Amor que nos une.

Los Antepasados decían que cuando juzgamos a los demás por sus defectos hemos perdido nuestro equilibrio y nuestra conexión personal con el Creador. Ellos enseñaban que “Jugar a ser Dios” no está hecho para el genero humano. Al contrario los dotados se dirigían a su interior, examinando y trabajando sus puntos débiles. Gracias a un frío autoexamen, estos individuos no señalaban nunca con el dedo a los demás. Simplemente optaban por mantener la dignidad de su paz interior, por eso eran llamados Fieles y Pacificadores. Los verdaderamente sabios escogían permanecer humildes, modestos y bellamente humanos. Caminando suavemente por la Madre Tierra, abrazan el amor de Ser sencillamente. La esencia que enciende y alimenta su pasión por la vida, nace de sus deseos de experimentar y mostrar compasión hacia Todos. Era allí justamente donde nacía siempre el equilibrio y la armonía.

Sabían que dando su apoyo a todo aquello que es creativo y positivo en nosotros, nuevas fuerzas fluyen sin ayuda hacia nuestro ser. Y también que los sentimientos de impotencia y desconfianza en la persona controlada por la propia sombra, hace que no puedan evitar herir a los demás. Otros están desesperanzados porque se han rechazado a sí mismos con pensamientos negativos, dando a la sombra la fuerza para devorar su alegría y su autoestima. Nos enseñan que el núcleo de la curación llega cuando hacemos las paces con la sombra, en lugar de temerla. Hay que honrar la propia fuerza para curarnos, entonces ella retorna. “La paz viene de la aceptación, de la verdad y no de la mentira”. Es necesario amarnos a nosotros mismos y a los demás sin prejuicios y con sensibilidad. La fe y la confianza nos permitirá dejar de calificar y mirar la vida como simple existencia de la que todos tenemos mucho que aprender.

La determinación de ser útil a los demás, es lo que convierte a los valientes y generosos en extensiones infinitas de la creación del Gran Misterio. Al no olvidar la Unidad honramos el flujo de la Creación, que desde la Fuente donde nace, fluye y fluye conectándolo todo a través de la red que genera el Amor. A través del corazón abierto podemos conocer la magia... entonces las puertas se abren y la intuición recoge de sus señales, las respuestas que busca poniendo atención a las pistas que nos ofrece el Misterio de la Vida. Quien logra ser un sensible testigo que la observa atenta, consigue que el corazón le otorgue la Visión silenciosa, entonces escuchamos su voz, los susurros sagrados que captamos gracias a El. Esa voz nos va conduciendo a la paz interior, donde podemos vivir en armonía con nuestro Ser.

El gran Misterio puso la Llama Eterna del Amor en el interior de Todos y Todo. De este modo, se puede producir la conexión, que nos convierte a todos en una familia, y es igualmente el punto de unión que mantiene la Creación unida. Estando en paz con uno mismo y con toda la vida, honramos las conexiones con la totalidad sin juicios. “El Amor es una piedra preciosa de muchas caras que da a los humanos la fuerza que necesitan para superar los desafíos de la vida”. Nadie puede vivir sin amor. Cuando sentimos que somos amados de verdad, nuestra fuerza vital se fortalece y nuestros dones crecen. Incluso al borde del precipicio interior más grande, las lágrimas, las palabras de consuelo, un gesto de amor por parte de algún ser querido, logra curar inmediatamente con su poder nuestro corazón malherido. Ciertamente la mejor y más rápida medicina es el Amor verdadero.

Un joven guerrero le preguntó a su abuelo sobre el Valor verdadero y éste le contestó: El Valor toma muchas formas. “Es la disposición para escuchar, la fuerza de convicción, la intrepidez de la decisión. La voluntad para que la visión de tu corazón te guíe en tu camino. No vacilar ante distracciones o facilidades, Es el deseo de ser honrado, de estar en conexión con el Creador para honrar a la tierra y a todos los seres vivos con humildad. Sobre todo, se muestra el valor verdadero cuando una persona quiere caminar con la verdad, sin herir nunca a otro ser vivo, sin importarle la oposición que pueda encontrar”

Igualmente una pequeña le confesó a su Abuela: “Estoy preocupada porque no camino suavemente encima de la Madre Tierra y esto hace daño a mi corazón”. La Abuela emocionada le contestó con lágrimas en los ojos: “Caminar suavemente por la Madre Tierra significa caminar con respeto en tu conducta, con un centelleo en tus ojos, con amor en tu corazón, y alabanzas en tus labios, pequeña”.

Extraordinario pueblo realmente... Eran tan ricos espiritualmente, que necesitaban bien poco materialmente, lo básico para sobrevivir diariamente. Su riqueza nacía de su noble y bravo corazón, de su honradez y su sinceridad. A través de El se sentían conectados al Gran Misterio que dejaba fluir constantemente todas sus riquezas, como un rio hacia sus Almas. Por esto tampoco tenían miedo de la muerte y podían cantar y reir frente a ella. Sabían, sentían que simplemente un velo los separaba de lo invisible. Ese que para el corazón abierto desaparecía, pues ante él, todas las puertas cedían y responden.

Los espíritus siguen cabalgando en el viento, siguen hablando en las aguas y en la tierra generosa dándonos mensajes. Cuando nos llenamos de preocupaciones materiales, pasajeras, intrascendentes, nos volvemos “ciegos, sordos”. Que bien nos vienen para “curarnos” sus enseñanzas, sus consejos, su humanidad y sensibilidad.

Listos pa´l mundial mi amorcito y yo

viernes, 1 de enero de 2010

¡Feliz Año 2010!

Muchas felicidades a todos ante la llegada de este 2010, esperando que sea un año de dicha y prosperidad, y de antemano los mejores deseos en salud, que es lo principal, amor, que le sigue, dinero, que no debe faltar, y todo lo necesario para vivir bien.
¡Felicidades!

sábado, 12 de diciembre de 2009

La misteriosa historia del Conde de Saint Germain


El peculiar conde de Saint-Germain (alquimista, diplomático y aventurero) llevó una vida muy movida por las cortes reales de la Europa del siglo XVIII. Algunos creen que sigue todavía vivo...


Hacia finales del año 1745, Londres fue asaltada por la «fiebre de los espías». Fue el año en que el joven pretendiente, príncipe Carlos Eduardo Estuardo, desencadenó su rebelión de los jacobitas en un intento de recuperar el trono británico para su padre. A pesar de que la causa jacobita había sido derrotada, se temía que los conspiradores jacobitas y sus simpatizantes franceses pudiesen estar ocultándose en Londres. Uno de los sospechosos fue arrestado en noviembre y acusado de estar en posesión de cartas que apoyaban a los Estuardo. Muy indignado, sostuvo que aquella correspondencia le había sido «endosada» y, sorprendentemente, se le creyó y fue liberado.

Comentando el caso en una carta dirigida a sir Horace Mann, Horace Walpole escribió: «El otro día detuvieron a un hombre extraño que se hace llamar conde de Saint-Germain. Ha estado aquí estos dos años, pero no dice a nadie quién es ni de dónde viene. Admite sin embargo que éste no es su verdadero nombre. Canta y toca el violín magníficamente, está loco y no es muy sensato».

El comentario de Walpole describe con gran acierto a uno de los personajes más extraños de la alta sociedad del siglo XVIII: un hombre al que el conde Warnstedt tildó de «charlatán, loco, atolondrado, pretencioso y timador», y al que su último mecenas, el príncipe Carlos de Hesse-Cassel, consideraba «quizás uno de los más importantes sabios que haya existido jamás».

El primero de los escasos datos históricos acerca del conde de Saint-Germain se remonta aproximadamente a 1740; un elegante hombre de unos 30 años comenzó a frecuentar los ambientes vieneses de moda. Su vestimenta llamó la atención en aquella época de moda colorista y fantasiosa, puesto que normalmente vestía de negro, con la única excepción de vaporosos cuellos y puños de lino blanco. La sobriedad de su vestimenta, sin embargo, contrastaba notablemente con el brillo de los diamantes que llevaba en los dedos, en la faltriquera del reloj, en la cajita de rapé y en la hebilla de los zapatos. Según informaciones posteriores, también llevaba puñados de diamantes sueltos en los bolsillos en lugar de dinero.

En Viena conoció al mariscal francés de Belle Isle, que había resultado seriamente herido durante una campaña en Alemania y estaba muy enfermo. No se sabe cuál era la naturaleza de su enfermedad, pero según el mariscal fue el conde de Saint-Germain quien le curó. Como agradecimiento se lo llevó a Francia poniendo a su disposición unos apartamentos y un laboratorio bien equipado.
Los hechos fundamentales de la vida del conde después de su llegada a París sí son bien conocidos, pero son los detalles que ignoramos los que confieren a su vida un misterio permanente.

La leyenda empieza poco después de la llegada del conde a París. Según las memorias del pseudónimo «Condesa de B...», tituladas Chroniques de l'oeil de boeuf, una noche el conde acudió a una fiesta organizada por la anciana condesa Von Georgy, cuyo difunto marido había sido embajador en Venecia por los años 1670. Al oír que anunciaban al conde, la condesa dijo que recordaba el nombre de cuando ella estuvo en Venecia. ¿Acaso el padre del conde estuvo allí por aquella época? No, contestó el conde, él mismo había estado allí, y se acordaba muy bien de la condesa: una hermosa y joven muchacha. Imposible, replicó la condesa. El hombre que ella conoció entonces tenía por lo menos 45 años, aproximadamente la misma edad que el conde tenía en aquel momento. «Madame», dijo el conde sonriendo, «yo soy muy viejo». «Pero entonces usted debe tener casi 100 años», exclamó la condesa. «No es del todo imposible», replicó el conde, exponiendo algunos detalles que convencieron a la condesa, la cual exclamó: «Me ha convencido. Es usted un hombre sumamente extraordinario, un demonio». «¡Por el amor de Dios!», exclamó el conde con voz de trueno. «¡No pronuncie estos nombres!» Le sobrevino un temblor o calambre por todos los miembros del cuerpo, y abandonó la sala inmediatamente.

Muchas historias parecidas circularon (y fueron creídas) en los ambientes de moda franceses durante los primeros años en que el conde fue famoso. Afirmaba, por ejemplo, que había conocido íntimamente a la Sagrada Familia, que había asistido a las fiestas de las bodas de Caná, y que «siempre supo que Cristo tendría un mal final». Sintió particular admiración por Ana, madre de la Virgen María, y había propuesto personalmente su canonización en el primer Concilio de Nicea en el año 325.

En París el conde fascinó muy pronto al aburrido Luis XV y a su favorita, Madame de Pompadour. Quizás nunca se sepa la verdad acerca de sus dos años de estancia en Inglaterra antes de su arresto en 1745, pero es muy posible que se le hubiese confiado una misión secreta. A su regreso a Francia realizó para el rey varias gestiones políticas delicadas.

En 1760 el rey Luis envió al conde de Saint-Germain a La Haya como representante personal, con la misión de negociar un préstamo con Austria para ayudar a financiar la Guerra de los Siete Años contra Inglaterra.

Mientras estaba en Holanda el conde se enfrentó con su antiguo amigo Casanova, también embajador en La Haya, quien se esforzó, sin éxito, por desacreditarle en público. Sin embargo Saint-Germain se ganó también un enemigo más poderoso. El duque de Choiseul, ministro de Asuntos Exteriores del rey Luis, descubrió que el conde había hecho sondeos con la intención de firmar la paz entre Inglaterra y Francia. El conde tuvo que escapar, primero a Inglaterra y luego a Holanda.

Durante dos o tres años vivió en Holanda bajo el nombre de conde de Surmont, dedicándose a recoger dinero para construir laboratorios en los que fabricaba pinturas y colorantes, tratando además de perfeccionar las técnicas de la alquimia, «el ennoblecimiento de los metales». Al parecer tuvo éxito, puesto que desapareció de Holanda con 100.000 florines aunque sólo para reaparecer en Bélgica, esta vez haciéndose llamar marqués de Monferrat. Allí, en Tournai, puso en marcha otro laboratorio antes de desaparecer de nuevo.

En el transcurso de los años siguientes se sucedieron las historias procedentes de varios lugares de Europa acerca de las actividades del conde. En 1768 apareció en Rusia en la corte de Catalina. Turquía acababa de declarar la guerra a Rusia, y parece ser que su habilidad como diplomático y conocedor de la política francesa le ayudaron a mantenerse en buen lugar, puesto que al cabo de poco tiempo fue nombrado consejero del conde Alexéi Orlov, jefe de las Fuerzas Imperiales Rusas. Como recompensa fue nombrado oficial del Ejército Ruso, eligiendo en esta ocasión un irónico alias: general Welldone (en inglés, general Bien-hecho). En este punto podría haberse establecido en Rusia y llevar una vida honorable y provechosa, pero después de la derrota de los turcos en Chesmé (1770) decidió partir.

En 1774, apareció en Nuremberg, intentando obtener fondos de Carlos Alejandro, margrave de Brandenburgo, para instalar otro laboratorio. Esta vez pretendió ser el príncipe Rákóczy, miembro de una familia de tres hermanos de Transilvania. Al principio el margrave estaba impresionado, especialmente cuando el conde Orlov visitó Nuremberg con ocasión de una visita de estado y abrazó al «príncipe» efusivamente. Sin embargo, al hacer comprobaciones el margrave descubrió la identidad de Saint-Germain. El conde no intentó nunca desmentir la acusación, pero consideró prudente emigrar, cosa que hizo en 1776.

Aunque el duque de Choiseul afirmaba que Saint-Germain había trabajado como agente doble para Federico el Grande, una carta del conde de Saint-Germain a éste pidiéndole su mecenazgo no obtuvo respuesta. Sin perder los ánimos el conde se trasladó a Leipzig, presentándose ante el príncipe Federico Augusto de Brunswick como francmasón de cuarto grado. Esta acción fue muy arriesgada, puesto que Federico Augusto era Gran Maestre de las Logias Masónicas Prusianas, pero al conde de Saint-Germain pocos podían comparársele como embustero y embaucador: por regla general sus historias de fondo soportaban un escrutinio detallado. Esta vez, sin embargo, no consiguió su propósito. El príncipe declaró que no era un masón, a lo que el conde replicó sin mucha vehemencia que sí lo era, pero que había olvidado todos los signos secretos.

En 1779, el conde de Saint-Germain fue a la última residencia que se le conoció, en Eckenförde (Schleswig), Alemania. Era un hombre viejo (probablemente de sesenta y tantos años), aunque como es natural pretendía ser mucho más viejo. Parte de su encanto superficial había desaparecido, y al principio no logró impresionar mucho al príncipe Carlos de Hesse-Cassel, pero muy pronto éste quedó cautivado, al igual que sus predecesores.

Por esta época Saint-Germain, que según todos los indicios se había mostrado muy insolente respeto a la Iglesia Católica, tenía ideas marcadamente místicas. Al príncipe Carlos le dijo lo siguiente:

«Sé la antorcha del mundo. Si tu luz es únicamente la de un planeta, no serás nada a la vista de Dios. Reservo para ti un esplendor para el que la gloria del Sol es una sombra. Guiarás el camino de las estrellas, y los que gobiernen los Imperios deberán ser guiados por ti».

Documentos de París muestran que el conde de Saint-Germain murió el 27 de febrero de 1784 en la residencia del príncipe Carlos, en Eckenförde. Fue enterrado allí, y su último mecenas le erigió un monumento funerario con la inscripción:

«Aquel que se hacía llamar conde de Saint-Germain y Welldone, y del que no hay otras informaciones, ha sido enterrado en esta iglesia».

¿Estaba muerto de verdad el conde? Hay pruebas de que se apareció a un cierto número de personas durante los años comprendidos entre 1784 y 1820; algunos ocultistas creen que todavía está vivo. El misterio ha sobrevivido y se ha hecho más profundo durante los dos siglos transcurridos desde su supuesta muerte.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Evangelio de Santo Tomás


Estos son los dichos secretos que ha proclamado Ieoshúa el viviente, y que anotó Dídimo Judas Tomás:
1. Y Tomás ha dicho: Quien encuentra la interpretación de estos dichos, no saboreará la muerte.
2. Ieoshúa ha dicho: Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre se turbará, y
cuando haya sido turbado se maravillará y reinará sobre la totalidad y hallará el reposo.
3. Ieoshúa ha dicho: Si aquellos que os guían os dijeran, "¡Ved, el Reino está en el Cielo!", entonces las aves del
Cielo os precederían. Si os dijeran, "¡Está en el mar!", entonces los peces del mar os precederían. Más bien, el Reino de
Dios está adentro de vosotros y está fuera de vosotros. Quienes llegan a conocerse a sí mismos lo hallarán y cuando
lleguéis a conoceros a vosotros mismos, sabréis que sois los Hijos del Padre viviente. Pero si no os conocéis a vosotros
mismos, sois empobrecidos y sois la pobreza.
4. Ieoshúa ha dicho: La persona mayor en días no vacilará en preguntar a un infante de siete días con respecto al
lugar de la vida y vivirá. Pues muchos que son primeros serán los últimos y los últimos primeros. Y se convertirán en una
sola unidad.
5. Ieoshúa ha dicho: Conoce lo que está enfrente de tu rostro y lo que se esconde de ti se te revelará. Pues no hay
nada escondido que no será revelado, y nada enterrado que no será levantado.
6. Sus discípulos le preguntan, le dicen: ¿Cómo quieres que ayunemos, y cómo oraremos? ¿Y cómo daremos
limosna, y cuál dieta mantendremos?
Ieoshúa ha dicho: No mintáis, y no practiquéis lo que odiáis porque todo se revela delante del rostro del Cielo.
Pues no hay nada escondido que no será revelado, y no hay nada oculto que quedará sin ser descubierto.
7. Ieoshúa ha dicho: Bendito sea el león que el humano come y el león se convertirá en humano. Y maldito sea el
humano a quien el león come y el humano se convertirá en león.
8. Y él ha dicho: El Reino se asemeja a un pescador sabio que echó su red al mar. La sacó del mar llena de peces.
Entre ellos descubrió un pez grande y bueno. Aquel pescador sabio volvió a arrojar todos los peces al mar, escogió sin
vacilar el pez grande. Quien tiene oídos para oír, ¡que oiga!
9. Ieoshúa ha dicho: He aquí que el sembrador salió y tomó un puñado de semillas, esparció. Algunas en verdad
cayeron en el camino y vinieron los pájaros, las recogieron. Otras cayeron sobre la roca-madre y no arraigaron abajo en el
suelo y no retoñaron espigas hacia el Cielo. Y otras cayeron entre las espinas, las cuales ahogaron las semillas y el gusano
se las comió. Y otras cayeron en la tierra buena y produjeron cosecha buena hacia el Cielo, rindió sesenta por medida y
ciento veinte por medida.
10. Ieoshúa ha dicho: He arrojado fuego sobre el mundo y he aquí que lo estoy vigilando hasta que arda en
llamas.
11. Ieoshúa ha dicho: Este Cielo pasará y pasará el que está más arriba. Y los muertos no están vivos y los vivos
no morirán. En los días cuando comíais los muertos, los transformasteis a la vida. Cuando entréis en la luz, ¿que haréis?
En el día cuando estabais juntos, os separasteis, mas cuando os hayáis separado, ¿que haréis?
12. Los discípulos dicen a Ieoshúa: Sabemos que te separarás de nosotros. ¿Quién será Rabí sobre nosotros?
Ieoshúa les ha dicho: En el lugar donde habéis venido, iréis a Jacob el Justo, para el bien de quien llegan a ser el
Cielo y la tierra.
13. Ieoshúa ha dicho a sus discípulos: Comparadme con alguien y decidme a quién me asemejo.
Simón Pedro le dice: Te asemejas a un ángel justo.
Mateo le dice: Te asemejas a un filósofo del corazón.
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Tomás le dice: Maestro, mi boca es totalmente incapaz de decir a quien te asemejas.
Ieoshúa dice: No soy tu maestro, ya que has bebido, te has embriagado del manantial burbujeante que he repartido
al medirlo. Y le lleva consigo, se retira, le dice tres palabras: áhyh ashr áhyh (Soy Quien Soy).
Ya, cuando viene Tomás a sus camaradas, le preguntan: ¿Qué te dijo Ieoshúa?
Tomás les dice: Si os dijera siquiera una de las palabras que me dijo, cogeríais piedras para lapidarme y fuego
saldría de las piedras para quemaros.
14. Ieoshúa les ha dicho: Si ayunáis, causaréis transgresión a vosotros mismos. Y si oráis, seréis condenados. Y si
dais limosna, haréis daño a vuestros espíritus. Y cuando entréis en cualquier país para vagar por las regiones, si os reciben
comed lo que os ponen frente a vosotros y curad a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra en vuestra boca no os
profanará, sino lo que sale de vuestra boca eso es lo que os profanará.
15. Ieoshúa ha dicho: Cuando veáis a quien no nació de mujer, tendeos sobre vuestros rostros y adoradle, él es
vuestro Padre.
16. Ieoshúa ha dicho: Quizás la gente piense que he venido para lanzar paz sobre la tierra, y no saben que he
venido para lanzar conflictos sobre la tierra, a fuego, espada y guerra. Pues habrá cinco en una casa, estarán tres contra
dos y dos contra tres, el padre contra el hijo y el hijo contra el padre. Y estarán de pie como solitarios.
17. Ieoshúa ha dicho: Yo os daré lo que ningún ojo ha visto y ningún oído ha escuchado y ninguna mano ha
tocado y que no ha surgido en la mente humana.
18. Los discípulos dicen a Ieoshúa: Dinos como será nuestro fin.
Ieoshúa ha dicho: ¿Así habéis descubierto el origen, que ahora preguntáis referente al fin? Pues en el lugar donde
está el origen, allí estará el fin. Bendito sea quien estará de pie en el origen y conocerá el fin y no saboreará la muerte.
19. Ieoshúa ha dicho: Bendito sea quien existía antes de que entrara en el ser. Si os hacéis mis discípulos y
atendéis mis dichos, estas piedras os servirán. Pues tenéis cinco árboles en el paraíso, los cuales no se mueven en el
verano ni caen sus hojas en el invierno quien los conoce no saboreará la muerte.
20. Los discípulos dicen a Ieoshúa: Dinos a qué se asemeja El Reino de los Cielos.
El les ha dicho: Se asemeja a una semilla de mostaza, la más pequeña de todas las semillas, no obstante, cuando
cae en la tierra fértil, produce una planta grande y se hace albergue para los pájaros del Cielo.
21. Mariam ha dicho a Ieoshúa: ¿A quiénes se asemejan tus discípulos?
El ha dicho: Se asemejan a niños que residen en un campo que no es suyo. Cuando vengan los dueños del campo,
dirán: ¡Devolvednos nuestro campo! Se quitan su ropa frente a ellos para cedérselo y para devolverles su campo. Por eso
yo digo, si el dueño de la casa se entera de que viene el ladrón, estará sobre aviso antes de que llegue y no le permitirá
penetrar en la casa de su dominio para quitarle sus pertenencias. En cuanto a vosotros, cuidaos del sistema, ceñid vuestros
lomos con gran fortaleza para que no encuentren los bandidos una manera de alcanzaros, pues hallarán la ventaja que
anticipasteis. ¡Que haya entre vosotros una persona con comprensión! ...cuando maduró la cosecha, vino rápido con su
hoz en la mano, la recogió. Quien tiene oídos para oír, ¡que oiga!
22. Ieoshúa ve a infantes que están mamando. Dice a sus discípulos: Estos infantes que maman se asemejan a los
que entran en el Reino.
Le dicen: ¿Así al convertirnos en infantes entraremos en el Reino?
Ieoshúa les ha dicho: Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el
interior y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo
que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el
lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino.
23. Ieoshúa ha dicho: Yo os escogeré, uno entre mil y dos entre diez mil y estarán de pie como una sola unidad.
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24. Sus discípulos dicen: Explícanos tu lugar, porque es necesario que lo busquemos.
El les ha dicho: Quien tiene oídos, ¡que oiga! Dentro de una persona de luz hay luz, y él ilumina el mundo entero.
Cuando no brilla, hay oscuridad.
25. Ieoshúa ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma, protégele como a la pupila de tu ojo.
26. Ieoshúa ha dicho: Ves la mota que está en el ojo de tu hermano, mas no ves la viga que está en tu propio ojo.
Cuando saques la viga de tu propio ojo, entonces verás claramente para quitar la mota del ojo de tu hermano.
27. Ieoshúa ha dicho: A menos que ayunéis del sistema, no encontraréis el Reino de Dios. A menos que guardéis
la semana entera como sábado, no veréis al Padre.
28. Ieoshúa ha dicho: Me puse de pie en medio del mundo y encarnado me aparecía a ellos. Los encontré a todos
ebrios, no encontré a ninguno sediento. Y mi alma se apenaba por los hijos de los hombres, porque están ciegos en sus
corazones y no ven que vacíos han entrado en el mundo y vacíos están destinados a salir del mundo de nuevo. Mas ahora
están ebrios, cuando hayan sacudido su vino, entonces repensarán.
29. Ieoshúa ha dicho: Si la carne ha llegado a ser por causa espiritual, es una maravilla, mas si espíritu por causa
corporal, sería una maravilla maravillosa. No obstante me maravillo en esto que esta gran riqueza ha morado en esta
pobreza.
30. Ieoshúa ha dicho: Donde hay tres dioses, carecen de Dios. Donde hay solo uno, digo que yo estoy con él.
Levantad la piedra y allí me encontraréis, partid la madera y allí estoy.
31. Ieoshúa ha dicho: Ningún oráculo se acepta en su propia aldea, ningún médico cura a aquellos que le conocen.
32. Ieoshúa ha dicho: Una ciudad que se construye encima de una montaña alta y fortificada, no puede caer ni
quedar escondida.
33. Ieoshúa ha dicho: Lo que escucharás en tu oído, proclámalo desde tus techos a otros oídos. Pues nadie
enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto ni la pone en un lugar escondido, sino que se coloca sobre el
candelero para que todos los que entran y salen vean su resplandor.
34. Ieoshúa ha dicho: Si un ciego guía a un ciego, caen juntos en un hoyo.
35. Ieoshúa ha dicho: Nadie puede entrar en la casa del poderoso para conquistarla con fuerza, a menos que le ate
sus manos, entonces saqueará su casa.
36. Ieoshúa ha dicho: No estéis ansiosos en la mañana sobre la noche ni en la noche sobre la mañana, ni por
vuestro alimento que comeréis ni por vuestra ropa que llevaréis. Sois bien superiores a las flores de viento, que ni peinan
lana ni hilan. Al tener una vestidura, ¿que os falta? ¿O quién puede aumentar vuestra estatura? El mismo os dará vuestra
vestidura.
37. Sus discípulos dicen: ¿Cuándo te nos revelarás y cuándo te percibiremos?
Ieoshúa dice: Cuando os quitéis vuestros vestidos sin avergonzaos y toméis vuestra ropa y la pongáis bajo
vuestros pies para pisar sobre ella, como hacen los niños, entonces miraréis al Hijo del Viviente y no temeréis.
38. Ieoshúa ha dicho: Muchas veces habéis anhelado oír estos dichos que os proclamo, y no tenéis otro de quien
oírlos. Habrá días en que me buscaréis, pero no me encontraréis.
39. Ieoshúa ha dicho: Los clérigos y los teólogos han recibido las llaves del conocimiento, pero las han
escondido. No entraron ellos, ni permitían entrar a los que sí deseaban. En cuanto a vosotros, haceos astutos como
serpientes y puros como palomas.
40. Ieoshúa ha dicho: Ha sido plantada una enredadera sin el Padre, y puesto que no es vigorosa será desarraigada
y destruida.
41. Ieoshúa ha dicho: Quien tiene en su mano, a él se dará más. Y quien no tiene, se le quitará aún lo poco que
tiene.
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42. Ieoshúa ha dicho: Haceos transeúntes.
43. Sus discípulos le dicen: ¿quién eres?, por cuanto nos dices estas cosas.
Ieoshúa les dice: De lo que os digo no conocéis quien soy, sino os habéis hecho como los judíos, pues aman el
árbol mas odian su fruto, y aman el fruto mas odian el árbol.
44. Ieoshúa ha dicho: Quien maldice al Padre, se le perdonará. Y quien maldice al Hijo, se le perdonará. Pero
quien maldice a la Espíritu Santa, no se le perdonará, ni en la tierra ni en el Cielo.
45. Ieoshúa ha dicho: No se cosechan uvas de los espinos ni se recogen higos de las zarzas, pues no dan fruto.
Una persona buena saca lo bueno de su tesoro. Una persona perversa saca la maldad de su tesoro malo que está en su
corazón y habla opresivamente, pues de la abundancia del corazón saca la maldad.
46. Ieoshúa ha dicho: Desde Adán hasta Juan Bautista, entre los nacidos de mujeres no hay ninguno más exaltado
que Juan Bautista, tanto que sus ojos no se romperán. No obstante, he dicho que quienquiera entre vosotros que se
convierta como niño, conocerá el Reino y será más exaltado que Juan.
47. Ieoshúa ha dicho: Una persona no puede montar dos caballos ni tensar dos arcos, y un esclavo no puede servir
a dos amos, de otra manera honrará a uno y ofenderá al otro. Nadie bebe vino añejo e inmediatamente quiere beber vino
nuevo. Y no se pone vino nuevo en odres viejos, para que no se revienten. Y no se pone vino añejo en odres nuevos, para
que no se vuelva ácido. No se cose remiendo viejo en ropa nueva, porque vendría un rasgón.
48. Ieoshúa ha dicho: Si dos hacen la paz entre sí dentro de esta misma casa, dirán a la montaña, "¡Muévete!" y se
moverá.
49. Ieoshúa ha dicho: Benditos sean los solitarios y escogidos porque encontraréis el Reino. Habéis procedido de
él, y a él volveréis.
50. Ieoshúa ha dicho: Si os dicen "¿De donde venís?", decidles "Hemos venido de la luz, el lugar donde la luz se
ha originado por sí misma, él se puso de pie y se reveló en las imágenes de ellos." Si os dicen "¿Quiénes sois?", decid
"Somos los Hijos de El y somos los escogidos del Padre viviente." Si os preguntan "¿Cuál es el signo en vosotros de
vuestro Padre?", decidles "Es movimiento con reposo."
51. Sus discípulos le dicen: ¿Cuándo sucederá el reposo de los muertos, y cuándo vendrá el mundo nuevo?
El les dice: Lo que buscáis ya ha llegado, pero no lo conocéis.
52. Sus discípulos le dicen: Veinticuatro profetas proclamaron en Israel, y todos hablaban dentro de ti. El les dice:
Habéis ignorado al viviente que está enfrente de vuestro rostro y habéis hablado de los muertos.
53. Sus discípulos le dicen: ¿Es provechosa la circuncisión, o no?
El les ha dicho: Si fuera provechosa, su padre los engendraría circuncidados de su madre. Sino que la verdadera
circuncisión espiritual se ha hecho totalmente provechosa.
54. Ieoshúa ha dicho: Benditos sean los pobres, pues vuestro es el Reino de los Cielos.
55. Ieoshúa ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre, no podrá hacerse mi discípulo. Y quien no odia a
sus hermanos y a sus hermanas y no levanta su cruz a mi manera, no se hará digno de mí.
56. Ieoshúa ha dicho: Quien ha conocido el sistema, ha encontrado un cadáver y quien ha encontrado un cadáver,
de él no es digno el sistema.
57. Ieoshúa ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que tiene semilla buena. Su enemigo vino de
noche, sembró una maleza entre la semilla buena. El hombre no les permitió arrancar la maleza, sino les dice: Para que no
salgáis diciendo, "Vamos a arrancar la maleza", y arranquéis el trigo con ella. Pues en el día de la cosecha aparecerá la
maleza, la arrancan y la queman.
58. Ieoshúa ha dicho: Bendita sea la persona que ha sufrido porque ha encontrado la vida.
59. Ieoshúa ha dicho: Mirad al viviente mientras viváis, para que no muráis y tratéis de mirarlo sin poder ver.
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60. Ven a un samaritano llevando un cordero, entrando en Judea.
Ieoshúa les dice: ¿Por qué lleva consigo el cordero?
Le dicen: Para matarlo y comerlo.
El les dice: Mientras está vivo no lo comerá, sino solamente después que lo mate y se haya convertido en cadáver.
Dicen: De otra manera no podrá hacerlo.
El les dice: Vosotros mismos, buscad un lugar para vosotros en el reposo, para que no os convirtáis en cadáveres
y seáis comidos.
61a. Ieoshúa ha dicho: Dos descansarán en una cama, el uno morirá, el otro vivirá.
61b. Salomé dice: ¿Quién eres tú, hombre? Como mandado por alguien, te tendiste en mi cama y comiste de mi
mesa.
Ieoshúa le ha dicho: Soy quien viene de la igualdad. A mí se me han dado de las cosas de mi Padre.
Salomé dice: Soy tu discípula.
Ieoshúa le dice: Por eso yo digo que cuando alguien iguale se llenará de luz, pero cuando divida se llenará de
oscuridad.
62. Ieoshúa ha dicho: Yo comunico mis misterios a quienes son dignos de mis misterios.
No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha.
63. Ieoshúa ha dicho: Había una persona rica que tenía mucho dinero, y dijo: Voy a utilizar mi dinero para
sembrar y cosechar y resembrar, para llenar mis graneros con fruto para que nada me falte. Así pensaba en su corazón y
aquella misma noche murió. Quien tiene oídos, ¡que oiga!
64a. Ieoshúa ha dicho: Una persona tenía huéspedes. Y cuando había preparado el banquete, envió a su esclavo
para convidar a los huéspedes.
Fue al primero, le dice: Te convida mi amo.
Respondió: Tengo unos negocios con unos mercaderes, vienen a mí por la tarde, iré para colocar mis órdenes con
ellos, ruego ser excusado del banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te ha convidado.
Le respondió: He comprado una casa y me exigen por un día, no tendré tiempo libre.
Vino a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: Mi compañero va a casarse y tengo que preparar un festín, no podré venir, ruego ser excusado del
banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: He comprado una villa, voy a cobrar el alquiler, no podré venir, ruego ser excusado.
Vino el esclavo, dijo a su amo: Los que usted ha convidado al banquete se han excusado a sí mismos.
Dijo el amo a su esclavo: Sal a los caminos, trae a quienesquiera que encuentres, para que cenen.
64b. Y él ha dicho: Comerciantes y mercaderes no entrarán en los lugares de mi Padre.
65. El ha dicho: Una persona bondadosa tenía una viña. La arrendó a inquilinos para que la cultivaran y recibiría
su fruto. Mandó a su esclavo para que los inquilinos le dieran el fruto de la viña. Agarraron a su esclavo, lo golpearon, un
poco más y lo habrían matado. El esclavo fue, se lo dijo a su amo. Contestó su amo, "Quizás no le reconocían." Mandó a
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otro esclavo, los inquilinos lo golpearon también. Entonces el amo mandó a su hijo. Dijo, "Tal vez respetarán a mi hijo."
Ya que aquellos inquilinos sabían que era el heredero de la viña, lo agarraron, lo mataron. Quien tiene oídos, ¡que oiga!
66. Ieoshúa ha dicho: Mostradme la piedra que han rechazado los constructores es la piedra angular.
67. Ieoshúa ha dicho: Quien conoce todo pero carece de conocerse a sí mismo, carece de todo.
68. Ieoshúa ha dicho: Benditos seais cuando sois odiados y perseguidos y no encontráis sitio allá donde habéis
sido perseguidos.
69a. Ieoshúa ha dicho: Benditos sean los que han sido perseguidos en su corazón, estos son los que han conocido
al Padre en verdad.
69b. Ieoshúa ha dicho: Benditos sean los hambrientos, pues el estómago de quien desea se llenará.
70. Ieoshúa ha dicho: Cuando saquéis lo que hay dentro de vosotros, esto que tenéis os salvará. Si no tenéis eso
dentro de vosotros, esto que no tenéis dentro de vosotros os matará.
71. Ieoshúa ha dicho: Yo destruiré esta casa y nadie será capaz de reconstruirla.
72. Alguien le dice: Diles a mis hermanos que repartan conmigo las posesiones de mi padre.
El le dice: Oh hombre, ¿quién me hizo repartidor?
Se volvió a sus discípulos, les dice: No soy repartidor, ¿soy?
73. Ieoshúa ha dicho: La cosecha en verdad es abundante, pero los obreros son pocos.
Pues implorad al Amo que mande obreros a la cosecha.
74. El ha dicho: Amo, ¡hay muchos alrededor del embalse, pero ninguno dentro del embalse!
75. Ieoshúa ha dicho: Hay muchos que están de pie a la puerta, pero los solitarios son los que entrarán en la
alcoba nupcial.
76. Ieoshúa ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a un mercader poseedor de una fortuna, quien encontró una
perla. Aquel mercader era listo, vendió la fortuna, compró para sí mismo la perla única. Vosotros mismos, buscad el
tesoro de su rostro, que no perece, que perdura, el lugar donde ni la polilla se acerca para devorar ni el gusano destruye.
77. Ieoshúa ha dicho: Soy la luz quien está sobre todos, Soy el todo. Todo salió de mí, y todo vuelve a mí. Partid
la madera, allí estoy. Levantad la piedra y allí me encontraréis.
78. Ieoshúa ha dicho: ¿Qué salisteis a ver en lo silvestre, una caña sacudida por el viento y a una persona vestida
con ropa felpada? He aquí, vuestros gobernantes y vuestros dignatarios son los que se visten en ropa felpada, y ellos no
podrán conocer la verdad.
79. Una mujer de la multitud le dice: ¡Bendita sea la matriz que te parió, y benditos los senos que te
amamantaron!
El le dice: Benditos sean quienes han oído la significación del Padre y la han cumplido en verdad. Pues habrá días
cuando diréis: ¡Bendita sea la matriz que no ha engendrado, y benditos los senos que no han amamantado!
80. Ieoshúa ha dicho: Quien ha conocido el sistema, ha encontrado el cuerpo y quien ha encontrado el cuerpo, de
él no es digno el sistema.
81. Ieoshúa ha dicho: Quien se enriquece, que reine. Y quien tiene poder, que renuncie.
82. Ieoshúa ha dicho: Quien está cerca de mí está cerca del fuego, y quien está lejos de mí está lejos del Reino.
83. Ieoshúa ha dicho: Las imágenes se manifiestan a la humanidad y la luz que está dentro de ellas se esconde. El
se revelará a sí mismo en la imagen de la luz del Padre, pues su imagen se esconde por su luz.
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84. Ieoshúa ha dicho: Cuando véis vuestro reflejo, os alegráis. Pues cuando percibáis vuestras imágenes que
entran en la existencia frente a vosotros, las cuales ni mueren ni disfrazan ¿hasta qué punto dependerán de vosotros?
85. Ieoshúa ha dicho: Adán entró en la existencia por un gran poder y por medio de una gran riqueza, pero sin
embargo no se hizo digno de vosotros. Pues si hubiera sido digno, no habría saboreado la muerte.
86. Ieoshúa ha dicho: Las zorras tienen sus guaridas y los pájaros tienen sus nidos, pero el hijo de la humanidad
no tiene ningún lugar para poner su cabeza y descansar.
87. Ieoshúa ha dicho: Maldito sea el cuerpo que depende de otro cuerpo, y maldita sea el alma que depende de
estar juntos aquellos.
88. Ieoshúa ha dicho: Los ángeles y los oráculos vendrán a vosotros y os regalarán lo vuestro. Y vosotros mismos,
dadles lo que tenéis en vuestras manos y decid entre vosotros: ¿En qué día vendrán para recibir lo suyo?
89. Ieoshúa ha dicho: ¿Por qué laváis el exterior del cáliz? ¿No notáis que quien crea el interior, también es quien
crea el exterior?
90. Ieoshúa ha dicho: Venid a mí, pues mi yugo es natural y mi dominio es manso y encontraréis reposo para
vosotros mismos.
91. Le dicen: Dinos quien eres tú, para que podamos confiar en ti.
El les dice: Escudriñáis la faz del Cielo y de la tierra mas no habéis conocido a quien está frente a vuestro rostro,
y no sabéis preguntarle en este momento.
92. Ieoshúa ha dicho: Buscad y encontraréis. Mas esas cosas que me preguntabais en aquellos días, no os las dije
entonces. Ahora quiero comunicarlas, pero no preguntáis de ellas.
93. Ieoshúa ha dicho: No deis lo sagrado a los perros, para que no lo echen en el montón de estiércol. No arrojéis
las perlas a los cerdos, para que no lo hagan...
94. Ieoshúa ha dicho: Quien busca encontrará, y a quien toca se le abrirá.
95. Ieoshúa ha dicho: Si tenéis monedas de cobre, no las prestéis a interés, sino dadlas a ellos de quienes no
recibiréis reembolso.
96. Ieoshúa ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una mujer que ha tomado un poco de levadura y la ha
escondido en la masa, produjo panes grandes de ella. Quien tiene oídos, ¡que oiga!
97. Ieoshúa ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una mujer que llevaba una jarra llena de grano. Mientras
estaba andando por un camino lejano, se rompió la asa de la jarra, derramó el grano detrás de ella en el camino. No lo
sabía, no había notado ningún accidente. Cuando llegó a su casa, puso la jarra en el suelo, la descubrió vacía.
98. Ieoshúa ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que deseaba asesinar a un hombre prominente.
Desenvainó su espada en su casa, la clavó en la pared para averiguar si su mano prevalecería. Luego asesinó al hombre
prominente.
99. Le dicen sus discípulos: Tus hermanos y tu madre están de pie afuera.
El les dice: Quienes están aquí, que cumplen los deseos de mi Padre, estos son mis hermanos y mi Madre. Ellos
son los que entrarán en el Reino de mi Padre.
100. Le muestran a Ieoshúa una moneda de oro y le dicen: Los agentes de César nos exigen tributos.
El les dice: Dad a César lo de César, dad a Dios lo de Dios, y dadme a mí lo mío.
101. Ieoshúa ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Y
quien no ama a su Padre y a su Madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Pues mi madre me parió, mas mi
Madre verdadera me dio la vida.
102. Ieoshúa ha dicho: ¡Ay de los clérigos! pues se asemejan a un perro dormido en el pesebre de los bueyes. Ya
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que ni come ni deja que coman los bueyes.
103. Ieoshúa ha dicho: Bendita sea la persona que sabe por cuál parte invaden los bandidos, porque se levantará y
recogerá sus pertenencias y ceñirá sus lomos antes de que entren.
104. Le dicen: ¡Ven, oremos y ayunemos hoy!
Ieoshúa ha dicho: ¿Pues cuál es la transgresión que he cometido yo, y en qué he sido vencido? Pero cuando salga
el novio de la alcoba nupcial, ¡entonces que ayunen y oren!
105. Ieoshúa ha dicho: Quien reconoce a padre y madre, será llamado hijo de ramera.
106. Ieoshúa ha dicho: Cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos de la humanidad y cuando digáis a
la montaña, "¡Muévete!", se moverá.
107. Ieoshúa ha dicho: El Reino se asemeja a un pastor que tiene 100 ovejas. Se extravió una de ellas, que era la
más grande. El dejó las 99, buscó a la una hasta que la encontró. Tras haberse cansado, dijo a esa oveja, "¡Te quiero más
que a las 99!"
108. Ieoshúa ha dicho: Quien bebe de mi boca, se hará semejante a mí. Yo mismo me convertiré en él, y los
secretos se le revelarán.
109. Ieoshúa ha dicho: El Reino se asemeja a una persona que tiene un tesoro escondido en su campo sin saberlo.
Y después de morir, lo legó a su hijo. El hijo no lo sabía, aceptó aquel campo, lo vendió. Y vino quien lo compró, aró,
descubrió el tesoro.
Empezó a prestar dinero a interés a quienes quería.
110. Ieoshúa ha dicho: Quien ha encontrado el sistema y se ha enriquecido, que renuncie al sistema.
111. Ieoshúa ha dicho: El Cielo y la tierra se enrollarán en vuestra presencia.Y quien vive de adentro del viviente,
no verá la muerte ni el miedo pues Ieoshúa dice: Quien se encuentra a sí mismo, de él no es digno el sistema.
112. Ieoshúa ha dicho: ¡Ay de la carne que depende del alma, ay del alma que depende de la carne!
113. Sus discípulos le dicen: ¿Cuándo vendrá el Reino?
Ieoshúa dice: No vendrá por expectativa. No dirán, "¡Mirad aquí!" o "¡Mirad allá!". Sino que el Reino del Padre
se extiende sobre la tierra y los humanos no lo ven.
114. Simón Pedro les dice: Que Mariam salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida.
Ieoshúa dice: He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga una
espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los
Cielos.
FIN DEL EVANGELIO SEGUN EL APOSTOL TOMAS